Tattvikas equilibran la vida en familia y la inspiración de otros para la filosofía espiritual

Tattvika es el nombre dado a los instructores habilitados para difundir la filosofía de Ananda Marga de forma colectiva. En el comienzo de Ananda Marga, Baba tenía prisa en difundir la ideología y creó inicialmente los acaryas de familia para dar velocidad a esta tarea.

Estos primeros instructores se formaron con poco tiempo de iniciados y sin entrenamiento formal.  Sin embargo, eran personas éticas y dinámicas, y su convivencia con Baba los capacitaba para esta función. Más tarde, con más experiencia y un conocimiento más profundo de la filosofía, fueron certificados como tattvikas, o sea, personas calificadas para enseñar la filosofía de Ananda Marga.

Actualmente, el proceso para la formación de tattvika ocurre de manera inversa: primero, los margiis aspirantes deben cumplir algunos requisitos, como, por ejemplo, ya estar trabajando para la misión de Baba por bastante tiempo, para entonces postularse al entrenamiento de tattvika. La formación, en este caso, dura sólo unas semanas o un mes, y también implica un examen calificativo. El margii (no renunciante) puede permanecer como tattivka, o más adelante, solicitar el entrenamiento para convertirse en acarya de familia.

En el cuarto capítulo de la serie especial «Trabajadores de Dharma Pracar», vamos a conocer un poco mejor la vida de dos tattvikas no renunciantes, y comprender su importancia estratégica para el trabajo de pracar.

Liila Hass, de Australia, hizo su entrenamiento para tattvika en la India. Para ella, es importante que las personas recién llegadas a la comunidad de Ananda Marga perciban que existe una amplia aceptación de la vida familiar, y que tanto las personas que tienen familia, como las renunciantes, sean percibidas como personas capaces de ayudar a la misión a crecer. Ella explica que el criterio principal para convertirse en tattvika «es estar profundamente enamorado de la misión de Baba – no sólo por las prácticas espirituales, sino también por el servicio; de esta manera, se puede utilizar de una manera máxima el tiempo y ayudar al desarrollo total, no sólo de las personas, sino también de plantas, animales y todo el planeta «.

Sin embargo, mantener una vida de familia y el trabajo en la misión es un desafío, vivido por Liila de forma inspiradora, como ella revela al describir su rutina de prácticas. Ella medita regularmente tres veces al día: antes del desayuno, antes de la cena, antes de dormir. Cuando es posible, ella todavía añade una meditación al mediodía. Meditar cuatro veces al día no es un prerrequisito para los tattvikas, se reconoce que ellos tienen una vida en familia y necesitan trabajar para sustentarse.

Además de la meditación y los asanas, Liila se dedica a los estudios, que ella apunta como un punto fundamental. «Es importante entender profundamente la filosofía, no sólo para su crecimiento personal: si alguien pregunta algo, quiero ser capaz de explicar correctamente», dice. Ella aconseja que si alguien quiere convertirse en un tattvika, que tenga profundo conocimiento, en primer lugar, tanto de la dimensión filosófica y de la estructura organizacional de la misión de Ananda Marga. Experiencia consolidada en algunos de los departamentos (como por ejemplo AMPS, WWD, SDM, etc) es imprescindible.

Lilla cuenta que la primera experiencia que tuvo al dar iniciación en meditación a una persona, la tocó tanto que ella no lo puede poner en palabras. «Donde quiera que estemos, podemos sentir Baba todo el tiempo, si seguimos su orientación, haciendo nuestras prácticas, manteniendo nuestro desarrollo espiritual y algún servicio social».

La italiana Krsnaprya (Cristina Terribile), siempre pensó en ser tattvika, pero esperó que sus hijos crecieran un poco más, para hacer su entrenamiento en diciembre de 2017. Ella relata que lo que la inspiró fue el amor que, aumentado por la práctica espiritual, la llevó a profundizar cada vez más en el camino de Ananda Marga. Para ella, una/un tatvika que tiene familia «hace lo mejor para cuidar de la gran familia, pero también de su familia».

Krsnaprya trabaja como profesora de yoga, enseña inglés y también tiene una cooperativa que ofrece cursos – mayoritariamente de yoga. Ella y su marido, el acarya de familia Kamalesvara (Christian Franceschini), organizan seminarios y publican libros espirituales. También se involucra en los proyectos locales de Ananda Marga, como retiros, seminarios y dharmacakras semanales. Otro frente en el cual actúa es la organización, junto con Liila, de un retiro de Prout sólo para las mujeres, antes de la Convención anual de Prout que se celebra en Dinamarca, generalmente en todos los meses de julio.

Ella describe con conmoción la importancia de ser tattvika dentro del camino espiritual. «Normalmente se dice que cuando nos iniciamos, nacemos de nuevo y comenzamos una nueva vida. Esto es verdad: usted comienza su vida real cuando comienza su vida espiritual. Cuando me convertí en tattvika, sentí que esto sucedió de nuevo, que una segunda vida espiritual había comenzado. Ser tattvika es algo especial, porque sientes que Baba te da como regalo la oportunidad de servirle incluso mejor que antes. Es un gran honor”.

La Redacción

Traducido por Shiveshvara (Sebastian Diez)