Las estrategias de AMURT en Haití se han centrado en dos fuertes pilares del desarrollo: educación y emprendimiento social (PROUT en la práctica). La organización ha respondido al terremoto que sacudió al país en 2010 a través de una larga intervención de dos años centrada en la educación de emergencia para 3000 niños que viven en algunos de los campos de refugiados más difíciles de la capital. Gradualmente, la visión de los programas ha evolucionado incluyendo el desarrollo profesional de los docentes, en particular las metodologías neo-humanistas enfocadas en los niños.

Para 2014, AMURT se asoció con la institución de educación superior más reconocida de Haití, Universite Quisqueya, y creó InnovEd, el Instituto de educación innovadora (www.innoved.uniq.edu). Sarita (Sara Wolf), coordinadora de los programas y desarrolladora pedagógica de InnovEd, describe el modelo pedagógico de InnovEd – la «escuela vibrante», como una comunidad centrada en la exploración alegre y espontánea y el intercambio de crecimiento y experiencias. «Antes, era un robot que hablaba todo el tiempo. Ahora, gracias a InnovEd, involucro a los alumnos usando estrategias de participación», dice uno de los profesores participantes en una de las evaluaciones independientes. «Antes, era la única persona que hablaba en mi clase. Y yo era el jefe que dominaba constantemente a los estudiantes. Hoy, InnovEd me ha cambiado», dice otro.

Incluso antes de introducir innovaciones en el campo de la educación, AMURT-Haití ha estado trabajando desde 2004 para mejorar la calidad de vida de la Comuna Anse Rouge a través de un modelo de desarrollo integrado y participativo. Anse Rouge está situado en el rincón de la isla aislado económica y socialmente y con un medio ambiente devastado. La constante erosión sostenida del suelo y la deforestación junto con la persistente sequía y las amenazas de los huracanes, así como la virtual falta de servicios e incluso de infraestructura básica han resultado en un ambiente muy hostil donde no hay presencia gubernamental y de ONG.

Dharma (Demeter Russafov), el Director Nacional de AMURT-Haití, compartió que  estas condiciones tan hostiles y las increíblemente altas necesidades locales fueron lo que lo motivaron a liderar el establecimiento de los programas de AMURT en el país. Llegó por primera vez a Haití como LFT (voluntario en preparación para un estilo de vida de monje yóguico) en 2004, atraído por los desafíos que esto planteaba y la simplicidad y belleza de su gente. Pocos meses después de llegar y ayudar a construir una escuela en Puerto Príncipe, las repentinas inundaciones del huracán Jean dejaron un camino devastador de destrucción y muerte y empujaron a gran parte del país a una situación de crisis. Después de viajar en un camión, Dharma llegó a la región más aislada y afectada por las inundaciones, Anse Rouge. Una vez que se conectó con las comunidades locales y entendió sus necesidades, en una semana convenció al Programa Mundial de Alimentos para que apoyara al recién creado AMURT, y su joven equipo de voluntarios haitianos de LFT comenzó a ofrecer comedores de comida caliente y programas psicosociales para 4000 niños y ancianos en 6 pueblos.

Al amanecer, una noche, despertado por los ruidos que oía regularmente, salió de su tienda y vio las siluetas de caravanas de niños caminando por el desierto con jarras vacías en la cabeza. Los siguió hasta una fuente de agua situada a kilómetros de distancia más arriba en las montañas, antes de regresar con los niños justo a tiempo para prepararse para ir a la escuela. Rápidamente descubrió que la falta de agua en las aldeas costeras se debía a un conflicto por el agua entre las aldeas que duró una década y que resultó en la destrucción del sistema de agua. Dharma decidió que el enfoque principal de su equipo de voluntarios y residentes locales sería la rehabilitación del sistema de agua. Tuvieron éxito y asi, se ganaron la confianza de las comunidades locales, como también del gobierno y las agencias de financiamiento, y la reputación de AMURT comenzó a crecer año tras año.

Los resultados de la multitud de intervenciones de AMURT incluyen más de un millón de árboles plantados, decenas de cuencas hidrográficas y barrancos preservados, varias escuelas y clínicas construidas, canales de irrigación y depósitos de agua que proveen agua y ayudan a convertir las tierras desérticas en tierras cultivables. Sin embargo, son las innovaciones en la producción de sal las que se han convertido en el logro más importante y potencialmente transformador de AMURT.

Al observar las dificultades que enfrentaban los productores de sal tradicionales mientras trataban de ganarse la vida a partir de profundos pozos de barro llenos de agua de mar, Dharma y su equipo de voluntarios se dieron cuenta de las increíbles complejidades asociadas con la producción de sal en Haití. Las mujeres cosechadoras de sal de  lograban extraer solo dos cosechas de sal por año en condiciones muy peligrosas y difíciles, y la calidad y cantidad de sal era muy baja y llena de impurezas. Al mismo tiempo, la deficiencia de yodo es un problema importante en la salud del 50% de la población haitiana, y trae graves consecuencias para la salud.

La producción de sal de la mayoría de los países evapora eficientemente el agua de mar en cuencas interconectadas poco profundas, y da como resultado 32 cosechas anuales de sal de alta calidad. Dharma sabía que este tipo producción de sal más eficiente  sería un cambio de juego no solo para Anse Rouge sino también para la lucha del país contra la deficiencia de yodo. Para abordar esto, primero se enfocó en construir gradualmente la confianza de la comunidad y las estructuras organizacionales, especialmente las de las mujeres más vulnerables.

El modelo que eligieron adoptar se centró en la creación de Grupos de Auto-Ayuda (GAA): redes formadas por grupos de mujeres de bajo nivel socioeconómico. Un GAA está formado por veinte mujeres que se reúnen semanalmente, crean sus propias reglas y hacen contribuciones regulares a un fondo de préstamo utilizado para ofrecer microcréditos a los miembros. Las mujeres discuten sus problemas en grupos y encuentran soluciones juntas, aumentando su solidaridad y resolviendo conflictos y desafíos. Según una participante, Marie-Anette, 32, madre soltera de tres niños, antes de que AMURT comenzara con grupos de autoayuda, las mujeres estaban en lo más bajo de la sociedad. «No puedo decirles con qué frecuencia escuché que las mujeres eran golpeadas, las mujeres no querían dejar a sus maridos porque no tenían adónde ir. Ahora somos 250 mujeres en nuestro pueblo, organizadas y mucho más fuertes juntas», dice. Después de 6 años desde el inicio de los primeros GAA, ahora hay más de 3.000 mujeres organizadas en 160 grupos, con más de 195,000 USD en fondos de microcrédito autogenerados.

En estos grupos, a las mujeres son introducidas a prácticas de respiración y movimientos yóguicos para controlar el estrés. «Es un proceso psicosocial de prácticas compartidas. Las reuniones comienzan compartiendo un momento de silencio, cerrando los ojos y conectandose con el poder del corazón», dice Dharma. Él enfatiza que estas prácticas se introducen de una manera muy sutil, para no reforzar una idea prevaleciente de que el yoga podría ser una religión.

El método SHG apoya tres pilares de la sociedad rural: económica, social y política. Los grupos envían representantes para formar el siguiente nivel de representación: las asociaciones, que eventualmente eligen representantes para formar el tercer y más alto nivel: la federación. La rotación del liderazgo asegura que el grupo elija a sus representantes en las asociaciones y en la federación. Cuando se forma una federación, esta representa a 4.000 mujeres organizadas, creando un modelo de organización rural altamente eficiente, que AMURT desea replicar en otras partes de Haití.

Esta organización comunitaria progresiva es la base de la cooperativa de producción de sal (ESPRI). La empresa social reinvierte sus ganancias en desarrollo de capacidades y microcrédito para mujeres miembros de GAA. Como dice Violet, una miembro de GAA y productora de sal de 36 años, «no es solo una nueva forma de producción de sal, es una nueva forma de vida».

La Redación

Tradución por Shiveshvara (Sebastian Diez)

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